Estos abuelos están enfermos para lo que quieren, cuando les plantas delante de sus narices un coño de 18 años reviven los muy cabrones y es que la testosterona es incontrolable aunque tengas 80 años. La zorra de su nieta sabe que el viejo ya no es fértil y aprovechará esa información para sacarle la leche y sentirla muy dentro de ella cada vez que tenga ganas de follar.
Categoria: abuelo y nieta
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