Llega un momento en el que una madre tiene que dejarle las cosas claras a su hijo si ve que está perdiendo el tiempo. Esta imponente madura no podía entender cómo su hijo con 22 años aún era virgen, cualquier chico de su edad estaría buscando a guarrillas para follar, pero él se pasa todo el santo día jugando a la consola o viendo vídeos frikis del youtube. El amor de madre llega hasta límites insospechados y esta señora se encargó personalmente de que su vástago supiera lo que es una hembra de verdad: había llegado el momento de romperle el frenillo…
Categoria: madre e hijo
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