Mientras su hijo dormía a pierna suelta en la cama de al lado, esta madura tuvo la desfachatez de follarse a su amigo, aquel día se había quedado a dormir y ella necesitaba a toda costa que alguien le echara un polvo. Ser divorciada y vivir sola tiene sus ventajas, pero tarde o temprano un coño necesita una polla y viceversa, la naturaleza es sabia y no se puede luchar en contra de ella…
Categoria: madre e hijo
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