Jamás hubiera podido imaginar esta esposa fiel y obediente a su marido que su cuñado podría llegar a comportarse de esa manera tan salvaje con ella, al quedarse solos en la casa. Ella, con toda la confianza del mundo y semidesnuda, sale a la terraza para charlar con él y preguntarle el motivo por el que se ha presentado allí y la respuesta que va a recibir le va a resultar tan impactante, como desconcertante por su actitud dispuesta a agarrarla del cuello y decirle que lleva mucho tiempo queriendo follar con ella y que ya no puede aguantar mas. Al contrario que su marido, a su cuñado le gusta el sexo salvaje y sin ningún tipo de contemplaciones y aunque ella al principio se queda totalmente bloqueada por que no sabe muy bien que hacer, en cuanto le mete las manos por debajo del tanga y comienza a masturbarla a lo bestia, ella queda completamente desarmada ante tal situación tan excitante y nueva para ella. El muy golfo la introduce a continuación dentro de la casa a empujones y cuando están dentro, lo primero que hace es bajarle el tanga hasta las rodillas para introducirle sus dedos dentro del coño buscando el clítoris y la lubricación de su sexo para el pedazo de follada que va a recibir a continuación. Si su marido supiera lo que está haciendo en esos momentos con su hermano en la cocina, se armaría una buena en la familia. Sin embargo ella, loca de excitación, se pone a cuatro patas con el culo en pompa ansiosa de recibir por detrás lo que no está escrito, prácticamente pegándose contra los muebles de la cocina de las embestidas tan fuertes y tan brutales que recibe por detrás. Esta experiencia la va a convertir en una auténtica guarra a partir de ahora, eso está claro.