Después de un difícil período de adaptación, los padres respectivos de estos hermanastros estaban muy contentos, porque por fin habían encontrado algo que los unía y que fortalecía sus nuevos lazos familiares: el yoga. Lo que estos padres no sabían es que ellos habían inventado la versión porno de esta disciplina, y que cuando decían practicar una de estas sesiones, lo que empezaban siendo posturas de relajación acababan siendo posturas sexuales, porque lo que en realidad hacían era follar. La postura del gato o del perrito se volvían literales, porque así era como jodían tan ricamente, y luego se presentaban ante los progenitores con caras inocentes hablando de las bondades del yoga, aunque ellos más bien pensaban en el pedazo de polvo que habían echado.
Categoria: hermanas
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