Cuando la chica le dijo a su hermano que estaba interesada en que le enseñara algunos movimientos de lucha libre, éste se quedó un poco alucinado, pero dado que la chica es bastante deportista, decidió darle el gusto de todas formas. Ahora ya no sabe si su interés era cierto, o sólo fue una excusa para restregarse contra él, pero de cualquier forma tampoco va a comerse mucho el tarro: tres movimientos después de haber empezado el entrenamiento, él ya estaba con la polla empalmada, y ella con el coño mojado, y el cuarto fue una penetración vaginal que acabó en una follada bestial. Así que lo que comenzó como una lucha, acabó con un polvo fantástico e incestuoso, y ahora que dicen practicar este deporte a diario, ¿te imaginas lo que hacen en realidad?