Dicen que a quien dios no da hijos el diablo da sobrinos, pero yo creo que a esta madurita japonesa ha sido también dios el que le otorgó lo segundo. Envidia me da la relación de este tipo con su tía, una mujer que no parece ser mucho mayor que él, y que con quien seguro ha compartido muchas cosas en su juventud; pero claro, nada tan intenso como lo de ahora, cuando han llegado a un entendimiento sexual profundo e intenso. Vamos, que se pasan las horas follando como si no hubiera nada más en la vida, sin remordimientos pensando que son familia, y hasta pensando que demasiado han tardado en entenderse tan bien, aunque claro, mejor tenerlo todo en secreto…
Categoria: tia y sobrino
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