Quién iba a decirle a esta rubia 19 que el canijo de su primo, al que durante todos sus años jóvenes trató como un trapo y pisoteó todo lo que quiso, se iba a convertir en un tipo tan agraciado y, ante todo, con una polla tan grande… Nunca imaginó que iba a encontrar un pene enorme justo entre sus piernas, y aunque había entrado en su dormitorio para putearlo, hacer como la que iba a hacerle una comida de polla, y después dejarlo con un palmo de narices, cuando vio esa polla empalmada ya no pudo resistirse, y acabó regalándole la mamada e incluso tragándose todo su semen.
Categoria: primos
Duración: 07:30
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